El arte de explicar: cómo hacer para que te entiendan a la primera

Nadie nace sabiendo dar buenas explicaciones: es una habilidad que se aprende. No suponer que quien te escucha sabe más de lo que realmente sabe es un buen punto de partida.


Dar la información justa, con claridad y en el orden adecuado, tiene algo de arte. Pero hay principios que pueden guiarte cuando quieres ayudar a otros a entender el mundo o a tomar decisiones.

1. Anticipa la confusión antes de que aparezca

Explicar bien no es soltar datos esperando que el otro los entienda por arte de magia. Hay que pensar un poco antes. Si quieres que alguien comprenda tu mensaje, primero debes preguntarte:

  • ¿En qué punto pueden perderse?
  • ¿Qué conceptos necesitan conocer antes de seguir adelante?
  • ¿Estoy añadiendo nueva info a lo que ya saben?

Anticipar la confusión significa planificar la explicación, detectar posibles puntos débiles y asegurarte de que los conceptos complejos se presentan de manera clara y ordenada.

2. Escribe para pensar

La escritura es una de las mejores herramientas para clarificar ideas. Si no puedes explicar algo por escrito de forma sencilla, es probable que no lo entiendas tan bien como crees. Una estrategia útil es escribir una explicación como si fuera una carta a alguien que no conoce el tema.

«Querido/a [nombre], sé que has oído hablar de [tema], pero quizás te resulta confuso. Voy a explicártelo de la manera más clara posible…»

Este ejercicio no solo mejora tu explicación, sino que también te obliga a pensar con mayor precisión y claridad.

3. No olvides el «corazón» de la explicación

Las explicaciones no pueden ser solo lógicas. Deben responder a una pregunta fundamental: «¿Por qué debería importarme esto?».

Te doy un ejemplo: Un cartel que dice «No tires basura al váter» puede ser ignorado. Pero si dice «Los gatos de la calle beben esta agua», el mensaje se convierte en personal y relevante. De repente, la acción tiene una consecuencia emocional.

Si quieres que tu explicación conecte, no solo digas qué es algo, sino por qué importa. Añadir un elemento emocional hace que la información sea más memorable.

4. Usa los medios adecuados

Un buen mensaje puede perder su impacto si se presenta en el formato equivocado. No todas las explicaciones deben ser textuales. A veces, una imagen, un video o una infografía pueden ser mucho más efectivos.

Si un equipo de atención al cliente recibe la misma pregunta una y otra vez, quizás sea más eficiente crear un vídeo explicativo en lugar de seguir respondiendo correos de uno en uno.

Si una empresa quiere que sus políticas sean entendidas, quizás un documento visualmente atractivo tenga mejor resultado que una larga lista de reglas escritas en lenguaje burocrático.

Conclusión: Explicar no es hablar; es hacer que te entiendan

Explicar bien es una mezcla de empatía, claridad y diseño. No se trata de demostrar lo mucho que sabes, sino de asegurarte de que el otro lo entienda. La próxima vez que tengas que explicar algo, recuerda:

  • Ponerte en el lugar de quien no sabe nada del tema.
  • Anticipar dónde pueden aparecer dudas.
  • Escribir para ordenar tus ideas.
  • Hacer que la explicación tenga un impacto emocional.
  • Elegir el mejor medio para transmitir el mensaje.

Si dominas el arte de la explicación, no solo serás mejor comunicador. También tendrás más influencia y harás que tus ideas realmente importen.