Adoptar el uso del lenguaje claro es una cuestión de eficacia. Explicar bien las cosas ahorra tiempo y malentendidos y mejora la relación con clientes, empleados y ciudadadanía. Pero antes de adoptar este enfoque hay que considerar los obstáculos: hay resistencia, prejuicios y hábitos difíciles de cambiar. Pero eso no debe ser impedimento. Porque en un mundo que no perdona la ineficiencia, la claridad no es un lujo: es una necesidad.
Barreras que frenan el uso del lenguaje claro
1. Resistencia al cambio
Mucha gente asocia la redacción formal y enrevesada con seriedad y profesionalidad (sesgo de complejidad). Adoptar a un estilo más claro requiere cambiar esa mentalidad, y algunos necesitarán ayuda para transitar ese cambio.
2. Miedo a parecer poco profesional
Existe la idea de que un lenguaje más sencillo es menos preciso o que “suena mal” en contextos técnicos o legales. La realidad es que se puede ser claro sin perder rigor, precisión ni formalidad.
3. Falta de formación y recursos
Escribir con claridad no es fácil. Requiere tiempo, aprendizaje y, en muchos casos, reorganizar el modo de producir los documentos. Antes de dar este paso, hay que prepararse y poner a disposición de todos recursos de orientación para adoptar el lenguaje claro.
4. Inercia burocrática
Las instituciones y grandes empresas están llenas de textos complejos porque “se hace así”. Adoptar una cultura de la simplicidad supone revisar procesos y formar a los equipos, lo que no siempre es una prioridad.
5. Equilibrio entre claridad y precisión
En textos legales, médicos o científicos, la precisión es clave. Simplificar demasiado puede llevar a perder matices importantes. Por eso, la clave está en encontrar el punto justo.
6. Falta de consistencia
No basta con escribir un documento claro si el resto de la comunicación sigue siendo confusa. Para que el cambio sea de verdad significativo, debe aplicarse a toda la organización.
7. Presencia de jerga y tecnicismos
Algunos sectores usan una jerga tan cerrada que es casi un lenguaje propio. Explicar términos sin perder precisión es uno de los mayores retos del lenguaje claro.
Ventajas de usar un lenguaje claro en empresas y administraciones
1. Os entendéis dentro y os hacéis entender fuera
Explicar las cosas bien reduce las dudas y facilita la toma de decisiones. Cuanto más fácil sea entender un mensaje, más eficaz será la comunicación, tanto en la organización como de esta con todos los actores interesados.
2. Accesibilidad para todos
Un lenguaje claro permite que más personas comprendan la información: hablantes no nativos, personas con baja alfabetización y quienes tienen dificultades cognitivas.
3. Menos errores y más eficiencia
Cuanto más claro es un documento, menos consultas y correcciones se generan. Esto ahorra tiempo y recursos (o sea, dinero), tanto a quien lo escribe como a quien lo lee.
4. Más confianza y transparencia
Un mensaje claro genera confianza. Cuando la gente entiende lo que se le dice, siente que no se le oculta nada. Así, cuando se presenta una crisis, es más fácil gestionarla.
5. Mayor compromiso y participación
En el ámbito público, los textos claros aumentan la participación ciudadana. En el sector privado, mejoran la interacción con clientes y empleados.
6. Ahorro de costes
Cuanto más claro sea un mensaje, menos necesidad habrá de explicaciones añadidas, correcciones o nuevas gestiones. Reducir gastos operativos es una ventaja muy apetitosa.
7. Asegurar el derecho a entender
Cada vez más países exigen que los documentos administrativos sean comprensibles para todos. Es mejor anticiparse a posibles cambios.
8. Mejor experiencia de cliente
Un contrato o política de privacidad fácil de entender mejora la percepción de una empresa. La claridad es un valor diferencial.
9. Mayor impacto de la comunicación pública
Cuando un gobierno informa con claridad, la ciudadanía entiende mejor sus derechos y obligaciones. Esto evita confusiones y desinformación.
10. Transferencia de conocimiento sin barreras
Explicar conceptos complejos con claridad no los devalúa. Al contrario, permite que lleguen a más personas sin perder su significado.
Plan de implementación del lenguaje claro
Para que el lenguaje claro funcione en una organización, no basta con buenas intenciones: requiere una estrategia bien definida, con pasos concretos y medibles. La siguiente tabla resume un plan estructurado para su implementación, desde el compromiso inicial hasta la evaluación y mejora continua.
Plan de implementación del lenguaje claro
Fase | Acción | Responsable | Indicador de eficacia |
1. Compromiso | Se anuncia de forma oficial la adopción del lenguaje claro. | Alta dirección | Número de mensajes, tantos internos como externos. |
Crear un comité de lenguaje claro. | Alta dirección | Comité creado y en funcionamiento. | |
2. Planificación | Definir objetivos estratégicos | Comité de lenguaje claro | Objetivos coherentes con los de la organización. |
Identificar áreas prioritarias | Comité de lenguaje claro | Lista de contenidos que se adaptarán definida. | |
Dotar de presupuesto y recursos. | Finanzas | Presupuesto aprobado. | |
3. Formación | Formar a los equipos | Recursos humanos | Empleados clave formados. |
Nombrar a responsables en cada departamento | Comité de lenguaje claro | Responsables elegidos. | |
4. Implementación | Revisar y reescribir documentos clave. | Responsables de lenguaje claro | Indicadores de efectividad medidos. |
Realizar pruebas de comprensión con usuarios con áreas de mejora. | Atención al cliente | Mejoras en satisfacción y claridad o iterar y ajustar según feedback. | |
5. Evaluación | Hacer seguimiento del impacto en la comunicación. | Comité de lenguaje claro | Interpretación de las mejoras. |
